lunes, octubre 29

Pretexto

Son las 9... sigo trabajando.

Llevo 12 horas sentada bajo este techo, con sus descansos para lo necesesario... sólo lo necesario.

Sigo extrañando ese motivo carnalizado en actos que muchas veces se convierten en algo (más) que pasajero.

Entre cada línea que leo, entre cada párrafo que escribo en ese documento de word manoseado por las incapacidades (creadas?) de su autor(a).

No me siento cansada... al contrario. Algo anoche (la noche anterior a hoy), me hizo estar lúcida en este comienzo de semana, fin de mes.

Vacilo en ordenar los motivos de mis ideas, de mis recuerdos, de mis berrinches y lágrimas silenciosas que no deben tener eco... no pueden.

Suspiro al final de cada debate en mi cabeza y pensamiento. En verdad, lo único que reconozco y acepto es esa lucidez con la que hacía meses no vivía... debo reconocer y culpar a quien tenga la responsabilidad, la capacidad de haberme despertado de mi letargo (me escuchará cuando grito en silencio?).

En este caso, sólo en estos casos, acepto negociar el dolor a cambio de mi-felicidad... de tan sólo una pequeña luz que me acerque a ella.

Espero que el camino no sea fáustico y mefistófeles cumpla con su parte. Más bien, ya cumplió, ya cobró... sigo en shook. Tenerlo cerca y vacilar en sus seducciones, es placentero, pero agota...

Al final, me quedo con la gratitud de aquélla tentación "diabólica" que me hizo despertar nuevamente en un letargo presente, pero menos desesperado y más optimista.

Así, el hecho de sentir, ya no se ha vuelto algo atrapado en una caja de pandora, estigmatizada por las incapacidades más profundas...

Resulta curioso sentir que cada duelo, duelo, duelo, signifique el principio de algo. Siempre me ha parecido una paradoja el volverse indiferente a lo humano con tal de no sentir. En este proceso, concluyo que aquél que no se deje sentir, que se restringa, construirá su ruina más rápido que aquél que viva con intensidad (aunque sea-n-), sus propias limitaciones y frustraciones más cercanas.

El berrinche se articula por el deseo de que aquélla estrella (fugaz) que me visitó en sueños, no sea sólo un espejismo. Si no que se transforme en otro ser más piadoso y más real, menos abstracta, más material. Menos ajena y más lejana de ese universo que la retiene como si la velocidad de la luz no fuera un impedimento. Más bien, un instrumento de dominación en su propio territorio.

Me doy cuenta que me equivoco... quizá esa estrella murió hace mucho y sólo alcanzo a ver el resplandor y el reflejo de la imagen que era. Pero ya no tiene luz. Confundió sus motivos con aquéllos que hace millones de años, la movieron para viajar por el cielo (cuando no era un espejismo) y se sintió tocada por aquél objeto de deseo que el ser humano proyecta (admiración de la belleza)... ahora su luz está viva en el recuerdo, pero en el presente va muriendo poco a poco por la motivación de lo honesto.

Ella misma podrá ver su reflejo millones de años después, desde arriba (en el cielo de las estrellas) y sentirá timidez?

Pero no quiero ser injusta, (al separar mi ceguera del asunto), me siento satisfecha... casi podría afirmar que tener la esperanza de que los sueños se convierten en realidad, es lo mejor que he podido sacar de este pacto faústico, sin restricciones, sin sombras, ni avalanchas de besos... solo el dulce recuerdo, de la miel.

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