Gran compañía, gran comida, grandes amistades, gran concierto, gran pérdida... grandes experiencias y gran conocimiento... grandes novedades (el ponerse a prueba, contra sí mismo, no pasa muy seguido); grandes sentimientos, reencuentro sin sentido: círculo cerrado (alivio), gran música de fondo... y un pequeño baile entre un auditorio repleto de cuerpos fríos pero corazón cálido.
Grandes cosas en un gran corazón! (el mío)
Despierto el lunes... con nuevas espectativas, tratando de sostenerme a pesar del frío... de pronto, la conciencia de los ojos abiertos y el cuerpo respirando. Encuentro un coraje atorado (más doloroso de lo que pensé que fuera hacer). Y sí, triste, muy triste... triste por esa pérdida. Sentimientos encontrados: debí arriesgarme? debí dejarme sentir? debí tocar, probar, amar? porqué me quedé? porqué no corrí? debi ser cobarde?
La única satisfacción fue el haber tenido la oportunidad de no anhelar esa pasión prohíbida, sino poseerla, materializarla.
Y el mayor de las descepciones: terminar anhelando aquéllo que fue tuyo (aunque sea por un instante).
Por eso la libertad y el amor no pueden ser propiedad...
Si, estoy triste.
El clima no me ayuda mucho.
Ha sido un gran día, de hecho. Pero estoy triste de tanta belleza, tan lejana... encuentros que no puedes controlar, manejar.
Mi laberinto es: el amor por el agua, el aire, la libertad, lo inalcanzable, lo indomable... debería cambiar de gustos. Dolería menos.
Si... fue una estrella fugaz... culpable de cualquier contradicción posible en este gran gran gran fin de semana.
Afortunademente el tiempo no se detiene...
Y que se sepa bien:
- Sin esperar que este último fin de semana de octubre sea la antesala de un día de muertos intenso, gritaría a los 4 vientos, a los 7 mares:
- Me dan más miedo los vivos, que los muertos... (pero)
- No me dejaré morir en el intento de vivir como yo quiero... (pues)
- La tristeza existe para reconocer la felicidad (i hope)...
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